Buenos para criticar un encargo, mientras se callan con el ISABU

Nóminas paralelas, contratos con sobrecostos y recursos de la salud desaparecidos: así está hoy el ISABU bajo Hernán Darío Zárate, mientras la politiquería hace más ruido por un nombramiento que por la quiebra de la entidad.

hace un minuto   •   2 min de lectura

Por Óscar Jahir
Hernán Darío Zarate Ortegón, gerente del Isabu
Que irónico es ver a algunos políticos atacando al alcalde encargado de Bucaramanga, Eduard Jesús Sanchez Ariza, cuando llevan años enteros sin decir ni una sola palabra frente a los graves señalamientos de corrupción al interior de las diferentes entidades del municipio, donde fichas políticas que han estado al servicio de ellos mismos, son los cerebros de las operaciones criminales que tanto se denuncian.

Un buen ejemplo de eso, es que les duele más la decisión administrativa tomada por el gobernador Juvenal Díaz, que lo que sucede en el Instituto de Salud de Bucaramanga a cargo de Hernán Darío Zarate Ortegón.

Pelaron el cobre

Meses atrás denuncié el contrato de la instalación de dos ascensores en el Hospital del Norte, donde le entregaron la interventoría a una empresa de fachada, de propiedad de Marcela Carvajal Pedraza, una psicóloga contratista del Instituto de Vivienda que curiosamente trabaja en el municipio de Santa Barbara, donde también labora Carlos Hernando Corzo Rey, el falso abogado que el ex alcalde Miguel Ángel Moreno tuvo a su servicio en Floridablanca sin tener títulos ni tarjeta profesional; el mismo que hoy se pasea por las oficinas de Bomberos de Bucaramanga ayudando a crear empresas falsas -como siempre lo ha hecho- para que personajes oscuros se ganen contratos millonarios en las entidades públicas.

A raíz de esa denuncia, despidieron al abogado Giovanny Humberto Durán Romero, quien de la mano con el hoy imputado por acoso sexual, Julio César González García, convirtieron al Banco Inmobiliario de Floridablanca en una de las entidades con más señalamientos de corrupción en Santander.

Cualquiera pensaría que esa decisión fue sabia, pero el descaro no tiene límites, porque ahora el abogado Durán trabaja en la Secretaría de Infraestructura en la alcaldía de Bucaramanga.

Eso sí no lo ven los honorables senadores y los ex dirigentes parapolíticos que hoy, con el mayor de los cinismos, nos vienen a dar clases de gobierno y ética pública, cuando no se las han dado ni a sus propios hijos.

El señor Zarate tiene hoy en quiebra al ISABU gracias a una nómina paralela de decenas de personas que nadie ve, a contratos con excesivos sobrecostos, al pago de miles de horas de servicios profesionales por parte de cooperativas que nadie audita y a la desaparición de los dineros entregados por el Ministerio de Salud para la operación de los equipos básicos de salud.

Y esto sin descontar los favorecimientos hechos a sus antiguos socios con el manejo de los medios de comunicación y los contratos del Plan de Intervenciones Colectivas, donde la abogada Sandra Patricia Garcia Tarazona, tendría que explicarle muchas cosas a las entidades de control.

El Instituto de Salud de Bucaramanga fue entregado por el médico Germán Gómez Lizarazo con superávit que nunca se había tenido en su historia, y el señor Zárate lo ha sumido en el fango de la ineficiencia y la politiquería.

Son unos sinvergüenzas los que hoy critican la decisión del Gobernador por no dejar en el cargo a alguien del resorte del ex alcalde Jaime Andrés Beltrán, porque pareciera que lo único que les gusta es que se nombren ladrones en los cargos públicos.

Este es el momento de mostrarle a los bumangueses la grave situación financiera por la que atraviesa el ISABU y hacer los cambios necesarios para lograr su más inmediato rescate.

Sería bueno saber quien maneja las denuncias hechas a este correo.

Corre la voz

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