Óscar Díaz Laytón, el concejal de la vergüenza
La carrera política de Óscar Díaz debe acabarse, porque esta ciudad no puede seguir dando honores a quien convirtió el poder ciudadano en un arma para proteger sus miserias.
La carrera política de Óscar Díaz debe acabarse, porque esta ciudad no puede seguir dando honores a quien convirtió el poder ciudadano en un arma para proteger sus miserias.
Donde no llega el internet, ahí está esa señal modesta, persistente, terca como somos los santandereanos. La del Canal TRO.
Los votos a los parlamentarios santandereanos incluyen los de los campesinos que luchan para sacar sus productos hasta los sitios de comercialización.
Ojalá algún día en Santander entendamos, a la manera que lo hacía Caballero Calderón, que la grandeza está en lo pequeño.
Los 19.7 kilómetros de la carretera destapada que une a los municipios
Mis letras parecieran tener un “sino trágico” que impide variar el triste repertorio de corrupción al que pareciera que estamos acostumbrados.