La verdad que esconde el senador petrista Gustavo Moreno

El senador Gustavo Moreno es una pieza útil del petrismo en Santander, aunque él se empeñe en negarlo. Su poder no nace de ideas, sino de favores, cuotas y silencios convenientes.

hace 4 días   •   3 min de lectura

Por Óscar Jahir
Gustavo Adolfo Moreno Hurtado, senador Santandereano cercano al petrismo

El senador Gustavo Adolfo Moreno, quien se burla porque los pacientes en Colombia no tienen insulina, nació en las huestes de Cambio Radical al lado de Germán Vargas Lleras, con quien recorrió las calles de Bogotá en su campaña a la presidencia de la república, es el mismo que hoy disfruta de las mieles del poder gracias al presidente Gustavo Petro, quien, a través de la Unidad para las Víctimas, le está pagando los favores recibidos al interior del Congreso. Moreno no es un político de convicciones ideológicas y mucho menos de partido, simplemente es un político que se acomoda con facilidad en el sofá que le pongan. 

Su petrismo quedó evidenciado con la llegada de Adith Rafael Romero como director de la Unidad, quien, en últimas, no es más que un empleado del exalcalde de Barrancabermeja Alfonso Eljach, quien planea reconquistar desde esta entidad la alcaldía del puerto petrolero construyendo otra estructura burocrática y clientelista en Santander, la cual vienen consolidando con la Contraloría y Registraduría de Barrancabermeja, el SENA y Colpensiones. Todo gracias al petrismo que ahora se empeñan en ocultar. 

A Moreno le indigna tanto que lo tilden de petrista, que no lo piensa dos veces a la hora de amenazar a la familia de quien lo haga, lo cual resulta risible, porque si a alguien que se transforma en victimario es al que le entregan la entidad para reparar a las víctimas, estamos en el peor de los mundos. Ahora, el senador Moreno y Alfonso Eljach no llegaron solos a Bogotá. Esta nueva ala del petrismo oportunista se llevó para el gobierno nacional a varios exconcejales como Davison Gómez Martínez de Cambio radical y Luis Manuel Toro del MAIS, y varios miembros del gabinete distrital de Barrancabermeja, quienes siguen estando bajo las órdenes de Eljach. 

la ex candidata a la Cámara por Risaralda, Juliana Ospina López, esposa del senador Moreno

Muchos dirán que eso no tiene problema alguno, pero lo criticable es la clase de personas con las que se están rodeando. Lo de René Garzón no es extraño, si se tiene en cuenta que otros liberales como Juanita Ibáñez y Yolanda Pinto ya habían estado en la entidad. 

Lo vergonzoso es la vinculación del exalcalde de Lebrija Luis Carlos Ayala, de quien existen audios pidiendo sobornos; la llegada de Carlos Arturo Vásquez Aldana como jefe jurídico, quien fue denunciado por la Secretaría de Transparencia de la Presidencia mientras estuvo a cargo de Aguas de Barrancabermeja y la pretensión de vincular, a cambio de votos, al ex secretario de gobierno de Puerto Wilches, Oscar Mauricio Vera Peña, involucrado en la falsificación de documentos públicos.

Esto es lo que ha respaldado al senador Moreno desde hace tiempo: la misma clase de personajes que acompañaron a su esposa Juliana Ospina López en su aspiración a la Cámara de Representantes por Risaralda, varios de ellos destituidos por títulos falsos e investigados por falsedad documental, como Argemiro Barragán y Duberthy Cardona, razón por la que me opuse a que hiciera parte de la campaña de Rodolfo Hernández en Santa Rosa de Cabal, pero terminó metiéndose por la ventana agarrada de un dobladillo de Marelen Castillo.

Ese precedente es el que los lleva a querer sumar a su equipo de trabajo, al concejal de Bucaramanga Óscar Díaz Laytón, un remedo de político sin votos que, según contratistas, utiliza la alcaldía del pastor Jaime Andrés Beltrán para repartir contratos y poner a su novia a cobrar coimas con letras de cambio. A Gustavo Moreno y Alfonso Eljach hay que ponerles el ojo, y en la Unidad de Víctimas hay que prestarle mucha atención a un contrato de más de 50 mil millones de pesos, el cual ya se está vendiendo al mejor postor. ¿Si ve la diferencia senador Moreno? Yo sí sé lo que firman los suyos.

Su cercanía con el gobierno de Gustavo Petro es indudable

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